Tras el fallecimiento del escritor Carlos Montemayor el 28 de febrero, había mucha expectativa sobre la última obra de este activista social en defensa de las comunidades indígenas y de los grupos más vulnerables de su país.
Las mujeres del alba, que ya salió a la venta, es un vivo retrato de un momento crucial en la historia reciente de México: el asalto guerrillero al Cuartel de Madera, el 23 de septiembre de 1965 y en palabras del propio autor antes de morir, la consideró su mejor novela.
Pero no podemos dejar de hablar de Montemayor, sin referirnos a su importante legado cultural, social y liteario. Como activista y luchador social analizó el...
surgimiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y simpatizó con algunas de las actividades organizadas por el Subcomandante Marcos. Al respecto, escribió el ensayo Chiapas: La rebelión indígena de México, un invalorable legado que dejó a las generaciones futuras de su país.
Sin dudas, Guerra en el Paraíso (considerada por el propio autor "su obra mejor lograda") es el vivo relato trágico de los hechos violentos que se vivieron en México a principios de los años setenta durante la guerra sucia, especialmente la guerrilla encabezada en la sierra de Guerrero por Lucio Cabañas Barrientos, obra para la cual recabó testimonios de campesinos sobrevivientes a la represión e investigó, en los archivos de la Secretaría de la Defensa Nacional, documentos sobre las operaciones del Ejército durante el conflicto.
También fue muy reconocido por Minas del retorno (1982), donde rompió con el modelo de la tradicional novela lineal.
Su último legado, La mujeres del alba, es sin duda uno de los relatos que más recordarán de Carlos Montemayor, el libro toca el delicado inicio de los movimientos armados en el México moderno, en el que está plasmado todo el pensamiento de aquellos jóvenes que combatieron y murieron por sus convicciones.
El segundo tema que toca con maestría el libro consiste en hacer protagonistas de la historia a las mujeres que al lado de sus padres, hijos, esposos, hermanos y amigos lucharon por cambiar su país, pero lo hicieron de un modo muy distinto: Con la enseñanza de la solidaridad, la presencia constante, la lucha silenciosa y, por encima de lo demás, el poderoso vínculo que mantuvieron con sus seres queridos.
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